Tenía miedo, y yo sabía que con miedo no iba a llegar a ningún lado. Sin embargo continúe para ver lo que pasaba. Disfruté. Sentí. Viví. Vivimos. Y también me olvide de que no había dejado el miedo de lado. Me aterraba fracasar. Que saliera mal. Y así fue, salió mal. Porque con el miedo no se avanza, sólo se estanca. Pero fue bonito,
increíblemente bonito.